Como señaló Greta Thunberg en su entrevista con BBC News el 19 de junio, el Coronavirus no tiene efectos positivos a largo plazo sobre el clima y el único efecto beneficioso de la pandemia es un cambio de mentalidad, la comprensión de cómo percibir y tratar una emergencia. Tras su comentario, el tema de la sostenibilidad volvió con fuerza al centro del debate público después de haber quedado parcialmente marginado debido a la emergencia sanitaria mundial.
El año 2019 se caracterizó por intensos debates y manifestaciones guiados por la joven sueca de 17 años y el movimiento #FridaysForFuture, con la participación de más de 7.500 ciudades y 13 millones de personas en todos los continentes.
La industria de la moda siempre ha estado en el centro de este debate por el impacto que causa en el medio ambiente (la ONU estima que el sector es responsable del 20% de las aguas residuales y del 10% de las emisiones de CO2 a nivel mundial y se encuentra entre las principales fuentes de emisión de plásticos a los océanos) y en la sociedad (todavía según la ONU el sector está a menudo vinculado a condiciones laborales peligrosas y a la explotación de los trabajadores).
Por supuesto, la respuesta de la industria no se hizo esperar: además de numerosas iniciativas individuales -entre ellas la carta abierta de Giorgio Armani-, las grandes marcas se unieron a François-Henri Pinault, presidente y consejero delegado del grupo Kering, en el Pacto por la Moda (Fashion or Sustainability Pact) que le encomendó el presidente francés Emmanuel Macron y que presentó a los jefes de Estado durante la cumbre del G7 en Biarritz.
El objetivo del Pacto por la Moda es aunar los esfuerzos del sector para:
- Pacificar y adaptarse al cambio climático
- Reducir la curva de pérdida de biodiversidad en 10 años
- Abordar la pérdida de funcionalidad de los océanos debido al cambio climático y la contaminación
- Garantizar la inclusión social, salarios justos y condiciones de trabajo respetuosas en toda la cadena de suministro
Inversores y clientes: La consigna es la transparencia.
El Pacto de la Moda señala la transparencia y la responsabilidad como puntos clave para alcanzar los objetivos. También son la base de las evaluaciones realizadas por agencias independientes y empresas de calificación que influyen en los inversores y clientes.
Entre las agencias de evaluación de riesgos destaca Fashion Revolution y su Índice de Transparencia de la Moda, que este año alcanza su quinta edición. El índice examina 250 de las mayores marcas y minoristas de moda del mundo y las clasifica en función del grado de divulgación de sus políticas, prácticas e impactos sociales y medioambientales. Sus promociones aparecen en las principales publicaciones genéricas y del sector, online y físicas, y se consideran un motivo de orgullo para las empresas, con repercusiones positivas en sus propias marcas y en la percepción de los clientes.
Entre las agencias de calificación, Standard & Poor's también destaca con su S&P Global Ratings ESG Rating, que tiene como objetivo proporcionar evaluaciones a los inversores que están cada vez más atentos a las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en sus decisiones de inversión.
"Sin un sentido de propósito, ninguna empresa, pública o privada, puede alcanzar su potencial".
Larry Fink, consejero delegado de Blackrock, en su Carta a los consejeros delegados de 2018
Informes de sostenibilidad en el sector de la moda: entre las normas, las mejores prácticas y la complejidad
Si la transparencia es considerada fundamental por todas las partes interesadas, la Memoria de Sostenibilidad o el Balance de Sostenibilidad representan el primer instrumento de comunicación de la empresa de moda, independientemente de que esté o no sujeta a la ley.
La Global Reporting Initiative ha definido con los Estándares GRI las mejores prácticas a nivel mundial en la redacción del Balance de Sostenibilidad. Al igual que los Principios Internacionales de Contabilidad para el Balance, las Normas GRI han permitido definir un enfoque claro, estandarizado y comparable para el intercambio de información en el ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
Por norma también se entiende lo genérico. Por su naturaleza, los GRI están orientados a todas las empresas de cada sector, lo que genera complejidad en su aplicación práctica. Por lo tanto, las empresas de moda se encuentran en el deber de restablecer las normas dentro de su propia realidad individual y sectorial, enfrentándose a actividades críticas como:-
- Definir las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad con mayor impacto a lo largo de toda la cadena de valor
- Priorizar los capítulos relevantes de las normas GRI y definir la matriz de materialidad
- Trazar la estructura organizativa del grupo, asignando las tareas por función y unidad
- Diseñar, aplicar y supervisar los procesos de recopilación de datos e información y los flujos de trabajo relacionados
- Definir indicadores clave de rendimiento medibles y lo más objetivos posible, tanto numéricos como textuales, para hacer un seguimiento de los propios impactos ASG y proporcionar objetivos claros para el gestor y las unidades organizativas implicadas
- Elaborar informes que puedan influir en las partes interesadas con una amplia participación
Gobernanza digital ESG: la tecnología al servicio de los informes de sostenibilidad
Para hacer frente a esta complejidad general, las empresas del sector han empezado a investigar soluciones de gobernanza digital en materia de ESG, es decir, soluciones para supervisar, recopilar, seguir y compartir la información sobre ESG de forma digital.
La urgencia orienta la búsqueda de herramientas ágiles y de rápida implantación, soluciones ya preparadas que integren las normas GRI y los principales KPI aplicables para la industria de la moda y que permitan operar una comparación sectorial.
La responsabilidad impone soluciones que permiten perfilar la cadena organizativa de competencias y cubrir todo el proceso, desde la recogida de datos hasta la elaboración de informes, con una única plataforma capaz de controlar las actividades realizadas y los agentes implicados.
Los objetivos son claros: la elaboración de informes anuales en unos pocos clics, garantizando la coherencia de los datos gracias a la actualización de la información en tiempo real; la divulgación de datos y la transparencia en materia de sostenibilidad empresarial, en cumplimiento de las últimas normas ESG; la generación inmediata de presentaciones e informes directamente desde la plataforma.
Equiparse con soluciones de gobernanza digital ESG: anatomía de un proyecto eficaz
Si las herramientas de gobernanza digital ESG parecen redirigir algunas de las complejidades a las que se enfrenta la empresa a la hora de redactar el informe de sostenibilidad, hay otras que deben abordarse antes de adoptar la solución.
Un proyecto de gobernanza digital ESG de facto debe partir necesariamente de la identificación de todos los posibles aspectos ESG (los llamados aspectos materiales) relevantes para la empresa. Por lo tanto, se debe realizar un análisis cuidadoso y crítico de la documentación, ya sea interna (como el Balance Anual, el Código Ético, el Plan Estratégico, el Esquema de Sostenibilidad) o externa (como los documentos sobre los escenarios del mercado y de la industria de la moda, los cuestionarios de evaluación de las agencias de evaluación de la sostenibilidad y los Informes de Sostenibilidad de los principales competidores).
En esta fase, los aspectos más críticos son precisamente la obtención de toda la información relevante, la identificación de las fuentes más fiables e influyentes del sector y el planteamiento de la documentación en detalle.
El resultado de dicho análisis debe ser una clara definición de la matriz de materialidad, es decir, detectar los aspectos de sostenibilidad más relevantes para la empresa y sus partes interesadas. Normalmente, a las empresas les resulta especialmente complejo definir los requisitos mínimos y priorizar el esfuerzo de la organización en las cuestiones ESG más relevantes.
Antes de pasar a la configuración y utilización de la herramienta, la última fase prevé la traducción de la matriz de materialidad en indicadores numéricos y textuales, que se asignarán a los respectivos responsables una vez definida la estructura organizativa y perfilado el proceso de recogida de datos.
La traducción no es inmediata, basta pensar en el ejemplo de las emisiones de CO2 (las llamadas Huellas de Carbono). ¿Cuáles son las fuentes de emisión? ¿Dónde encontrar los datos y, si no existen o son especialmente inaccesibles, qué intermediarios aceptan las partes interesadas? ¿Cómo traducir las distintas unidades de medida a m3 de CO2?
Es en cuestiones como éstas donde se sitúan los problemas a los que se enfrentan las empresas en esta fase.
La importancia de un consultor especializado se demuestra precisamente en esta fase propedéutica a la adopción de la herramienta ESG. De hecho, deben ser capaces de combinar sólidos conocimientos de ESG, sólidos conocimientos de consultoría y sólidos conocimientos de integración de tecnología y sistemas para integrar la herramienta en los sistemas empresariales existentes.
La transparencia es el nuevo negro
La transformación del sector de la moda hacia la sostenibilidad será un proceso largo y complejo. Cambiar profundamente toda la cadena de valor requiere el esfuerzo de todas las partes interesadas y, en particular, de los reguladores a nivel internacional.
Lo cierto es que las empresas del sector no pueden seguir esperando ante unos inversores y clientes cada vez más atentos a las cuestiones ESG en sus elecciones de inversión y consumo: ¡la transparencia es el nuevo negro!.
¿Quieres saber más?
Desde Techedge podemos ayudar a tu empresas a lograr una estrategia de sostenibilidad. ¡Hablemos!